Jan Mulder inició su colección de fotografía en el año 2002, con énfasis en la fotografía francesa del siglo XIX, la fotografía peruana histórica y contemporánea, archivos de negativos históricos peruanos y un interés creciente en fotografía y videoarte latinoamericanos. Casi dos décadas después, esta colección se ha convertido en una de las más importantes de Latinoamérica y la mayor y más activa de Perú. Hasta el 27 de marzo, Casa de América acoge una selección de sus obras en la exposición Estratos de un paisaje. En total, 108 fotografías de 35 autores contemporáneos peruanos escogidas por Alejandro Castellote a partir de un concepto tan polisémico como el paisaje y los estratos simbólicos que puede contener.
Una mirada a esta colección denota la preeminencia del paisaje urbano y del natural sobre el paisaje humano, donde los escenarios actúan como metáforas de los sujetos. Esa ausencia permite establecer nexos entre las obras y aludir, desde diferentes perspectivas, al carácter distópico que muchos artistas otorgan a la ciudad de Lima y, por extensión, a los procesos sociales que tienen lugar en paralelo al desarrollo económico, al crecimiento urbano, a las endémicas crisis institucionales y al deterioro del medio ambiente, una situación que concierne a todos los países de la región. Simultáneamente se ha hecho visible en el imaginario peruano una disminución de los estereotipos asociados a lo prehispánico y lo andino y emerge una creciente atención al microcosmos de la selva amazónica. En palabras de Castellote: “En el estrato histórico de la fotografía peruana, el primer tercio del siglo XX es un periodo de esplendor. Nombres como Martín Chambi, que instaló su estudio en Cuzco, o los hermanos Vargas, que trabajaron en Arequipa, son solo dos ejemplos de la iconografía que nutrió el imaginario indigenista y la llegada de la modernidad a la burguesía urbana. Tal efervescencia no tuvo continuidad. Hay que esperar a mediados de los años 70 para localizar a una generación de fotógrafos que pueda presentarse como germen de la fotografía contemporánea peruana. Salvo contadas excepciones, la nómina visible de fotógrafos peruanos de las últimas décadas se circunscribe a Lima: un reflejo de la historia contemporánea del país, donde los desplazamientos masivos de las poblaciones hacia la capital han configurado un paisaje social, económico, político y cultural autóctono”. La Colección Jan Mulder echó a andar como una indagación en la riqueza de las imágenes producidas en el campo de la creación visual en este medio tomado en toda su variedad. Su orientación ha sido internacional desde el principio, manteniendo el ojo puesto, de modo consistente, tanto en obras contemporáneas como en copias vintage, especialmente de autores latinoamericanos, sobre todo de América del Sur.
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La foto de una niña y un niño, de unos tres años de edad, andando por el pasillo de un hospital, vestidos de médico y enfermera y cogidos de la mano puede resultar muy tierna y mona. El problema llega cuando vas al detalle y te fijas. Exactamente, en el fotograma, que se publicó por Medical Shots en Twitter hace unos días, se ve como la pequeña, vestida de rosa, lleva impresa la palabra enfermera en su espalda, mientras el chaval, vestido de verde, luce la palabra médico. Esto es algo que ha resultado ofensivo para muchos internautas que han resaltado que la imagen representa una realidad no muy acorde con la actualidad y enfatiza esos micromachismos que están en la mentalidad social y que han convertido a esa dulce imagen en sexista. La foto cuenta con más de 14.000 me gusta en la red social y más de 2.500 comentarios de la misma, entre los que no falta la ironía, el rechazo o la perplejidad de los usuarios. Una de las propuestas de uno de ellos ha sido escribir encima de ambos cargos, la palabra Personal Sanitario. Esta imagen cuenta con más me gusta que el post original (más de 19.000). Otros han recurrido a la faceta histórica de la foto, describiéndola como algo que podía haber sucedido en la década de los cincuenta. Y, otros, una gran mayoría, han descrito la imagen como: “Los niños pueden ser monos, pero los mensajes en su espalda, no lo son”. Sin duda, para muchos, la foto ha sido muy desafortunada, en un momento en el que cualquiera debería ser lo que quisiera sin importar su sexo. |
LucíaEstudiante de arte. Archivos
Mayo 2019
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